La Revolución de Terciopelo no cumplió todas las esperanzas que las
personas habían depositado en ella. Con el 17 de noviembre de 1989 llegó
la libertad, pero también varios fenómenos negativos. Así lo dijo el
líder del movimiento ANO y ministro de Finanzas, Andrej Babiš, al colocar
una ofrenda floral junto al monumento al 17 de noviembre en la Calle
Nacional (Národní Třída), en Praga. El 17 de noviembre significó
cambios fundamentales, trajo la libertad de expresión, la posibilidad de
viajar, la libre empresa, pero mucho quedó todavía por hacer, apuntó
Babiš. En semejantes términos se expresó también el primer ministro,
Bohuslav Sobotka, quien sostuvo que a pesar de los logros alcanzados, en
diversos aspectos la sociedad no funciona como debería. Apuntó que todos
los checos deberían unir sus fuerzas y superar esas lagunas en vez de
permitir que temas tales como la migración, por ejemplo, separen a la
sociedad.