Los primeros pasos por la penosa vía de la enmienda de nuestro pasado
totalitario empezaron a darse ya pocas horas después de la manifestación
estudiantil del 17 de noviembre de 1989. Como era de esperar, respondían
al caudal informativo que la sociedad, orientada democráticamente, tenía a
su disposición. La superación (moral, política, institucional y objetiva)
del comunismo afectaba, comprensiblemente, a todas las esferas de la
sociedad checa y eslovaca; incumbía a los funcionarios, a los miembros del
Partido Comunista, a la policía secreta de