El fenomenal violinista checo, Ferdinand Laub, fue después de mediados del
siglo 19 una de las más notables personalidades artísticas del viejo
continente. El mágico y cristalino sonido de su violín hechizó a los
compositores Franz Liszt, Federico Smetana y Piotr Ilich Tchaikovski.
Viena, Londres, Berlín y otras metrópolis europeas fueron escenarios del
triunfo del virtuoso checo. Sin embargo, una grave dolencia truncó su vida
a los 43 años.