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Una exposición en conmemoración del centenario de la creación de las legiones checoslovacas en la Primera Guerra Mundial ha sido inaugurada en la sede del Senado. La exhibición, efectuada ya a fines del año pasado en el Parlamento Europeo, permanecerá abierta hasta el 19 de febrero, después se trasladará a otras ciudades checas y en junio será instalada en la Asamblea Nacional de Eslovaquia.

En otoño de 1918, la Primera Guerra Mundial se aproximaba a su fin. A lo largo de cuatro años luchaban y morían en sus frentes soldados de varias nacionalidades, quienes fueron enviados a la contienda para defender los intereses de sus gobiernos y sus monarcas. Los ideales de esos soldados, si es que tenían algunos, fueron desapareciendo paulatinamente en las trincheras.

Cómo se vivía en el Imperio Austro-Húngaro durante el reinado de Francisco José I de Austria, en el siglo XVIII, lo recuerda una exposición instalada en el nuevo edificio del Museo Nacional de Praga. La muestra forma parte de un ciclo titulado ‘La Monarquía’. Por primera vez es posible ver en Chequia algunos objetos personales que pertenecieron al emperador o a su esposa Isabel, llamada también Sissi. Los visitantes se enterarán de que los 70 años de gobierno de Francisco José I fueron marcados por grandes cambios socio-económicos y culturales. Junto con esta muestra ha sido abierta también otra dentro del mismo ciclo, titulada ‘El mundo infantil en el Imperio’ que muestra la vida de los niños en aquella época, sus juguetes, las formas de estudio, así como la existencia del trabajo infantil y los problemas de las familias de escasos recursos.

La novela de la escritora sevillana Eva Díaz Pérez, ‘El Sonámbulo de Verdún’, hace un recorrido por la convulsa historia del siglo XX en el Viejo Continente. Para ello aprovecha tan solo el lapso de tiempo que tarda una bala de la Primera Guerra Mundial en llegar a su fatal destino. La autora habló de su nueva obra para Radio Praga.

En las colecciones del castillo de Velké Meziříčí, en la Meseta Checomorava, se exhibe una curiosa pieza: un pañuelo de batista con las primeras gotas de sangre derramadas en la Primera Gran Guerra que asoló el mundo entre 1914 y 1918. Dicho pañuelo pertenecía al conde checo Francisco Harrach. El 28 de junio de 1914 había limpiado con él en la capital de Bosnia- Herzegovina, Sarajevo, la sangre del príncipe heredero del imperio austro-húngaro, Francisco Fernando d´Este, alcanzado por el disparo de un nacionalista serbio.

La prostitución debería estar regulada, según el alcalde mayor de Praga, un ladrón desvalijó las habitaciones de los tenistas kazajos que se enfrentaron a los checos en la Copa Davis en Ostrava, y un fin de semana de éxitos deportivos para el país, son algunos de los temas de la prensa checa de este lunes.

El 28 de octubre de1918 se proclamó la independencia de Checoslovaquia culminando la actividad diplomática de los padres de la nueva república. El comportamiento de la Legión Checoslovaca, como el ejército de un Estado que no existía, a lo largo de la Primera Guerra Mundial y en la odisea de su retorno a casa atravesando toda Siberia en plena Guerra Civil Rusa, se convirtió también en metáfora de la lucha de un pueblo por su libertad.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia presentaba en el mapa de Europa Central la configuración de una lagartija. Su cabeza estaba en el oeste, la cola en el este. Después de la contienda mundial, la lagartija perdió su cola, la más oriental de las tierras de Checoslovaquia, llamada Rutenia Subcarpática. Se la arrancó Iósif Visariónovich Stalin.

El 28 de octubre se celebra el día de la Independencia en la República Checa. En tal día de 1918, Checoslovaquia proclamó su Estado, que surgía de las ruinas del Imperio Austro-húngaro, humeantes tras la recién concluida Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra. El escritor Jaroslav Hašek, burlonamente tomó parte en todo el proceso desde los primeros años del siglo XX y desde los lugares más inverosímiles. Candidato al Parlamento de un partido político cínico y absurdo, voluntarioso soldado distinguido con la medalla de plata del Ejército Austriaco,

”A finales de enero estarán listos los primeros submarinos alemanes de gran tamaño, con un desplazamiento de 2.500 toneladas y un radio de acción de 10.000 millas. Operarán en los golfos árabes y el Índico”. Así informaba a la Entente a principios de 1918 el servicio de inteligencia amateur, montado durante la Primera Guerra Mundial por los patriotas checos. Para coordinar la lucha contra la monarquía de los Habsburgo y las Potencias Centrales Alemania y Austria-Hungría habían fundado en 1915 una organización secreta, denominada “Maffia”. Además de