En el pueblo de Lidice, a pocos kilómetros del aeropuerto de Praga, el 10
de junio de 1942 ocurrió una de las peores
tragedias de la historia checa. Adolf Hitler, en venganza por el atentado
que le costó la vida al protector de Bohemia y Moravia, Reinhard
Heydrich,
ordenó la destrucción de la aldea y sus habitantes. El conjunto
conmemorativo de la tragedia es un lugar de paz en la naturaleza,
recuerdo,
y también el de una importante galería de arte.