Sólo su nombre inspiraba terror entre sus enemigos, pero también entre
los suyos, quienes le consideraban el sucesor de Hitler. Reinhard Heydrich,
conocido como “el carnicero de Praga” y, además, por ser el artífice
de las cámaras de gas, gobernó con mano de hierro la República Checa
durante la Segunda Guerra Mundial provocando miles de muertes tras su
asesinato por dos brigadistas checos en 1942.