Más de 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial no ha
desaparecido el terrible fantasma del Holocausto, y el antisemitismo, el
racismo y la xenofobia perduran en nuestras sociedades. Este es el motivo
principal de por qué la República Checa, como país presidente de la
Unión Europea, decidió organizar una conferencia sobre el destino de las
propiedades de las víctimas del Holocausto.