Así como Pavel, a finales de los ochenta había multitudes de jóvenes para
los que el cambio significó el despertar de una larga pesadilla. Uno de
ellos es Ondrej Soukup, de la organización humanitaria checa People in
Need. Ondrej explica que antes de 1989 muchos se solidarizaban con la
oposición democrática de su país. Por esa razón, dice, "hasta que
existan regímenes totalitarios en otras naciones del mundo, trabajaré por
dar a conocer sus abusos y violaciones a los derechos humanos".