Una tranquila manifestación estudiantil el 17 de noviembre de 1989 en
Praga, duramente reprimida por la policía, se convirtió en el inicio
mítico de la Revolución de Terciopelo, que puso fin al comunismo en la
entonces Checoslovaquia. Inmediatamente después de la intervención
policial, los estudiantes se contactaron con intelectuales, artistas,
actores de teatro y cine y, en un acceso de indignación, formaron el
primer foco activo de insatisfacción ciudadana.