28 de septiembre – Fiesta Nacional de la República Checa

El 28 de septiembre de 935 fue asesinado el príncipe checo Venceslao, de la dinastía de los Premislitas (fuentes más antiguas indican que fue en el año 929). El crimen fue perpetrado en la ciudad de Stará Boleslav, por orden de su hermano menor Boleslao. El fratricidio le abrió a Boleslao, llamado también El Cruel, el camino al poder. Boleslao mandó a asesinar asimismo a familias enteras de seguidores de Venceslao, incluyendo a recién nacidos.

Fue también Boleslao quien poco tiempo después, en el año 938, mandó a trasladar los restos mortales de su hermano a Praga y se empeñó por su canonización. De esta manera contribuyó al surgimiento de la tradición de San Venceslao, a la que se atribuyó un significativo papel en la historia nacional. El culto de San Venceslao se fue difundiendo desde finales del siglo X. Al comienzo este santo era concebido como representante y defensor de los soberanos, más tarde se convirtió en santo patrono de la nación checa. Incluso en los tiempos más difíciles de la historia checa, el retrato de Venceslao con un escudo y un estandarte premislitas era símbolo de la integridad del país y de su pueblo. El nombre Venceslao era concebido como sinónimo del Estado Checo y de la corona real checa.

San Venceslao es uno de los santos checos más populares, el santo patrono nacional, mártir que desempeñó un papel significativo en la emancipación del Estado Checo y de la dinastía de los Premislitas, en la Europa cristiana.

Desde el año 2000, el 28 de septiembre es Fiesta Nacional.

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