continuó junto con las obras del puente mismo, pero sólo llegó a terminarse
bajo el mandato de Venceslao IV. Las estatuas de ambos reyes están situadas
en la fachada este de la torre, junto a la de San Vito, el patrono del
puente. Proceden, como toda la torre, del taller constructor de Petr
Parlér y son las esculturas góticas más significativas de Praga. Merece
atención el tema decorativo del martín pescador, el cual es el símbolo de
los barberos praguenses y al mismo tiempo también de Venceslao IV. La
leyenda nos cuenta que una tal barbera Zuzana ayudó escapar a Venceslao
IV, cuando este cayó en cautiverio durante la rebelión de los nobles
checos.
En el año 1648, durante la Guerra de los Treinta Años, la artillería sueca destruyó completamente la decoración de la parte oeste de la torre. Por esta razón encontramos en este lado sólo una placa conmemorativa tallada por Juan Bautista Spinetti entre los años 1650 y 1653, en la que se lee una inscripción laudatoria al heroísmo de los ciudadanos de Praga durante el asedio de la Ciudad Vieja. En 1621, la torre recibió una decoración bastante bizarra, cuando fueron colgadas allí, como advertencia, las cabezas de doce de los líderes de la rebelión de los nobles contra los Habsburgos (1618-1620). Las cabezas permanecieron allí durante diez años, hasta 1631.
Al igual que otros edificios góticos, la torre era protegida por una "trampa mágica" en forma de palíndromo: "Signa te, signa, temere me tangis et agnis". Date cuenta de que me tocas insensato y sufres. Esta frase, que servía para expulsar demonios, fue encontrada bajo el techo de la torre durante una de las reconstrucciones.