Este domingo, después de anochecer, decenas de miles de familias checas
con hijos fueron visitadas por San Nicolás, acompañado por un ángel y
un diablo. La misión de S. Nicolás consistió en repartir regalos a los
niños mientras que el diablo, con la cara y las manos tiznadas y
haciendo sonar las cadenas, trató de meter miedo a los pequeños. En la
Plaza de la Ciudad Vieja, en Praga, donde se celebró este domingo la
ceremonia de encendido del Árbol de Navidad, tuvo lugar un concurso por
el mejor disfraz de San Nicolás, del diablo y del ángel. Otro
gigantesco Arbol de Navidad está instalado en la Plaza de Venceslao, en
el centro de la capital checa.