La Policía checa ve con indignación e impotencia cómo Praga se convierte
en una de las ciudades más inseguras en Europa en cuanto a los robos de
poca monta, los que afectan a ciudadanos y turistas en la calle y,
especialmente, a las tiendas comerciales en estas fechas de fin de año.
Por eso se ha estructurado un plan de vigilancia especial, denominado
Navidad, para intentar desarticular a las bandas que operan en la ciudad.