Decenas de personas rindieron homenaje este sábado en el cementerio
Olšany en Praga, al estudiante checo, Jan Palach, quien hace 42 años se
quemó vivo en protesta contra la invasión soviética a Checoslovaquia de
agosto de 1968. Según recalcó en el acto la historiadora Marie
Neudorflová, el suicido de Palach cabe concebirlo como un llamamiento al
pueblo checo sobre la necesidad de oponerse a tiempo a cualquier mal, y de
conservar lo mejor de la moral, la cultura y otras tradiciones nacionales
para las futuras generaciones. Un acto recordatorio tuvo lugar también en
Všetaty, localidad natal del estudiante. Palach se prendió fuego en la
Plaza Venceslao de Praga el 16 de enero de 1969. Tres días después
falleció en el hospital a consecuencia de las quemaduras.