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Las obras de reforma de la fábrica de cerveza de Záhlinice ha dado lugar a un descubrimiento inesperado: tres botellas llenas de cerveza fabricada hace aproximadamente un siglo. La bebida ha sido probada por expertos y ahora será analizada. Los resultados podrían mejorar la calidad de la cerveza checa actual.

Tres botellas de cerveza de unos 100 años de antigüedad fueron encontradas durante las obras de reforma de una fábrica de cerveza en el pueblo de Záhlinice, en Moravia del Sur. La planta cervecera fue cerrada en 1926, pero los expertos creen que las botellas datan probablemente de algún momento entre los años 1900 y 1910, de acuerdo con el tapón utilizado. El Instituto de Fermentado o Malteado abrirá ahora los envases para analizar su contenido y quizás descubrir datos interesantes sobre los ingredientes utilizados.

El momento en el que todos los restaurantes de la República Checa sean para no fumadores está cada vez más cerca. El Ministerio de Salud ya tiene preparada su propuesta legislativa, que presentará en breve al Gobierno, en la que cuenta con la prohibición total del tabaco en este tipo de establecimientos. La ley, que también regula otras sustancias adictivas, establece asimismo que siempre debe haber una bebida no alcohólica más barata que la cerveza, algo que actualmente es poco frecuente en los restaurantes checos.

El número de pequeñas fábricas de cerveza en Chequia aumentó durante el último año un 27%, llegando a 270 en total. Su monto de producción se incrementó en 2014 en el 30%, según informó este miércoles la Unión Checo-Morava de Pequeñas Cervecerías. Aunque la cantidad de pequeñas fábricas de cerveza es seis veces superior a la de las grandes, su participación en la producción global de la bebida espumosa en Chequia se calcula en tan sólo un 1%. Los pequeños centros de producción no pueden competir con los grandes, porque su cerveza resulta entre un 10% y un 50% más cara. A los consumidores los atraen no obstante por su amplia variedad de nuevos tipos de cerveza.

Una empresa de ingeniería checa ha construido en Etiopía la primera fábrica de cerveza 'made in República Checa' con la que pretende abrir el negocio al continente africano y diversificar sus ventas fuera de Europa y de Rusia.

La cerveza ya no es una bebida sólo para hombres. Cada vez más mujeres checas consumen cerveza. Un estudio de la Academia de Ciencias deduce que uno de los factores que han convertido la cerveza en un producto atractivo para las mujeres es la aparición de pequeñas fábricas que ofrecen cerveza de sabores. Además de los sabores ha mejorado la cultura de consumo.La bebida se sirve en copas altas y la atmosféra general de los locales es mas atractiva.

Nueve de cada diez hombres checos y una de cada dos mujeres de este país toman cerveza, por lo menos de vez en cuando. Ello se desprende de un sondeo anual del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias de la República Checa. El análisis pone en evidencia también que en este país se reduce levemente la popularidad de la cerveza sin alcohol, mientras que crece la afición a las bebidas mixtas de cerveza.

Incentivar en los estudiantes un mayor interés por el estudio de la química y otras ciencias naturales. Ese fue el impulso que motivó a la dirección de una escuela de educación media de la ciudad de Ústí nad Labem, en Bohemia Noroccidental, a instalar en ese centro escolar una mini fábrica de cerveza e invitar a los alumnos a que intenten elaborarla.

Chequia sigue siendo el país con el mayor consumo de cerveza per cápita en el mundo. Ello se desprende de los datos de la compañía Euromonitor International publicados recientemente por el diario británico The Independent.

Uno de los mayores productores de cerveza checos, Budvar, ha lanzado al mercado un nuevo tipo de cerveza de alta graduación, bautizada como B:Cryo. El producto es cuatro veces más fuerte que una cerveza normal, con un volumen de alcohol del 20%. La B:Cryo, que se sirve helada, está pensada para beberse poco a poco, más que como un licor que como una cerveza normal. En su fabricación la cerveza es congelada a -18 grados durante 48 horas, lo que produce un tipo de fermentación diferente.