El Tribunal de Apelación de Praga decidió este lunes que el palacio
barroco de Koloděje, situado en Praga, volverá a las manos de sus
propietarios originales, la familia Kumpera. El palacio fue confiscado a
Antonín Kumpera en 1948, debido a los decretos de Beneš, que establecían
la confiscación de la propiedad de la minoría alemana del país. Sesenta
años después, el monumento, utilizado por el Gobierno checo, pasará a
ser propiedad de Vítězslav Kumpera, nieto del dueño original.